La habilidad de controlar el avance de los procesos, tareas o actividades de los empleados y de las responsabilidades y trabajos propios.
La habilidad de cambiar el estilo de comportamiento y las opiniones propias con el fin de alcanzar un objetivo establecido.
La habilidad de gestionar y hacerse cargo de los empleados para mejorar su rendimiento; definir objetivos y proporcionar los medios adecuados; controlar el progreso y corregir a los empleados.
La habilidad de obtener los máximos resultados en reuniones en las que existen intereses conflictivos tanto en términos de contenido como de mantenimiento de buenas relaciones.
La habilidad de tomar una acción directa para alcanzar o superar los objetivos.
La habilidad de determinar objetivos y prioridades y de evaluar las acciones, el tiempo y los recursos necesarios para alcanzar esos objetivos.